El hijo del mítico John Lucas, base anotador de los Houston Rockets, una máquina de anotar que militó en la NBA entre finales de los 70 y principios de los 80, llega al TAU Vitoria tras realizar un meritoria temporada en la NBDL, la liga de desarrollo americana.
John Lucas III, con experiencia en Europa tras su paso por Udine (2006) y Benetton (2007-08) es un base explosivo, un buen anotador marcado por un físico limitado (no llega al 1,80m), capaz de dinamitar cualquier partido. No busquen en él a un director de juego, porque no lo es. Si Lucas midiera 15 centímetros más, sería un más que respetable escolta. Muy rápido de piernas, es un buen defensor, un jugador capaz de meter mucha presión sobre el jugador con balón.
La carrera de Lucas, como la de tantos otros, está marcada por la figura de su padre. Si las comparaciones son odiosas, en este caso, son aún peores. La clase, la calidad, el talento de Lucas senior han sido una losa para su hijo, un buen jugador de equipo, que llegó a la NBA de la mano del ex-equipo de su padre, los Houston Rockets. Tras un primer paso fugaz por la NBA (apenas un par de partidos en su debut), los Rockets le repescaron en la temporada 2006/07, firmándole un contrato por tres años...que acabaron rompiendo al final de la primera temporada. Su experiencia en Italia el pasado año no fue buena, coincidiendo con otro ex-baskonista, Lionel Chalmers, al mando del equipo italiano, que le incorporó tras el parón navideño, y acabó cortándole antes de acabar la temporada.
Este año, este trotamundos del baloncesto, inició la temporada en Oklahoma City Thunder (recordemos que fue uno de los jugadores destacados de la universidad estatal local), pero fue cortado en Navidades, pasando a la NBDL, donde ha firmado 15,1 puntos, 2,4 rebotes y 4,4 asistencias en los 21 partidos disputados con los recientemente campeones, los Colorado 14ers.
TAU Vitoria, con su incorporación, cubre la plaza de extracomunitario que tenía libre desde la salida de Mustafa Shakur a principios de este año. Sorprende que no sea un jugador ordenado, del corte que le gusta a Ivanovic, pero si la dirección deportiva baskonista, con Alfredo Salazar a la cabeza, ha decidido apostar por el ex-base de Oklahoma State, será por algo. Quizás la falta de anotación de Vlado Ilievski, y los más que previsibles problemas que una lesión del ya sobrecaragado Pablo Prigioni podrían generar en la dirección del juego vitoriano han llevado al club a incorporar un jugador que en Europa no ha demostrado nada (su paso por Treviso apenas duró 4 meses), pero cuya calidad parece indiscutible.
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