En el último mes y medio me he cansado de hablar de la selección francesa en este blog. El rival de España en los cuartos de final ha sido el único en ganar los 6 partidos disputados en este campeonato, la mayoría de ellos por escaso margen.
Decir que Francia es Tony Parker y cuatro más es una estupidez similar a decir que España son Pau y otros cuatro. El base de los Spurs es el mejor base del mundo, un jugador que lo tiene todo para dominar un partido y que, casi siempre lo hace. El problema de Tony Parker es que su juego es mejor con reglas NBA que con reglas FIBA. No está acostumbrado a la multitud de ayudas y defensas mixtas que le aplican los rivales cuando juega con Francia, principalmente porque no están permitidas en la NBA (Nota: llamar defensa zonal a lo que se hace en la NBA es como comparar a Fernando Alonso con Aytorn Senna).
"TP", que es un excelente anotador, necesita estar rodeado por jugadores que le ayuden a brillar, que le permitan ahorrar fuerzas en defensa, tapando los huecos que el "Longorio" deja al intentar robar el balón, y que le abran huecos en ataque. Lo ideal es que Parker tuviera a Manu Ginobili junto a él, pero el escolta ha decidido seguir jugando con su Argentina.
El técnico Vincent Collet ha tenido la suerte de reunir a la mejor generación francesa de las dos últimas décadas (quizás de toda la historia), dolidos en su orgullo al verse abocados a la repesca para participar en este torneo. Ese factor anímico está siendo clave en el efímero éxito francés, que ha ganado 11 de los 112 partidos oficiales jugados este verano (la única derrota llegó en la final de la repesca, ante Bélgica, a domicilio).
Un dato a tener en cuenta de lo que significa Parker para "Les Bleus": el base cayó lesionado en la fase de preparación, antes de la repesca. Los Spurs le hicieron viajar a Texas para ser examinado por los médicos del club. La lesión no era grave, pero desde San Antonio se le pidió a Parker que renunciara, estilo Calderón o Nowitzski. Parker se negó, volvió a Francia para ser uno más del equipo, y forzó para jugar en el decisivo primer partido de los franceses ante Italia, estilo Pau. A esto se le llama "El peso de ganar un anillo" o "Cómo no decirle que NO a un tío que te ha llevado al éxito". Por eso ni Dirk ni Calde están, aunque quieran.
El caso es que la implicación de Parker ha unido al equipo galo, que desde fuera da la sensación de ser una piña. Y eso, a pesar de que no sólo Parker puede presumir de ser una estrella de la NBA. Otros tres integrantes del quinteto francés son titulares en sus equipos NBA. El polivalente alero Boris Diaw es una de las estrellas de los Bobcats de Michael Jordan, siendo el jugador más parecido a Magic Johnson que he visto jamás.
El alero Nicolas Batum es el titular de los Blazers, por delante de Rudy Fernández. Como Parker, Batum se lesionó en la repesca, y forzó para seguir con su selección.
Finalmente, el pivot de los Warriors, Ronnie Turiaf, apodado "el demonio de Tasmania" en uno de los motes más afortunados de Andrés Montes, un jugador que fue compañero de Pau en los Lakers y que superó un problema de corazón que hizo peligrar por su vida. Turiaf, tanto por su poderío bajo canasta, como por su ascendencia en lo anímico sobre sus compañeros, es un jugador clave.
Los tres representan las virtudes del conjunto de Collet: potencia física no exenta de talento, que permite a la selección francesa jugar muy duro en defensa, arriesgando para robar la pelota a tres cuartos para poder correr. En estático, los problemas de los franceses son evidente, pero para arreglar cualquier situación complicada, siempre está Parker.
He hablado de los 4 NBA franceses (que deberían ser 5 si Mickael Pietrus no hubiera preferido descansar tras la final NBA), pero no me quiero olvidar de los 3 ACB: los valencianistas Florent Pietrus y Nando de Colo, y el verdinegro Alain Koffi.
Para Florent Pietrus, hermano de Pietrus, el Eurobasket le está sirviendo de escaparate de cara a dar el salto a la NBA. El ex estudiantil está jugando como alapivot titular, complementándose con su amigo Diaw. Aunque sigue perdiendo la cabeza, sus errores son cada vez menores, y habrá que tenerle en cuenta.
Para Florent Pietrus, hermano de Pietrus, el Eurobasket le está sirviendo de escaparate de cara a dar el salto a la NBA. El ex estudiantil está jugando como alapivot titular, complementándose con su amigo Diaw. Aunque sigue perdiendo la cabeza, sus errores son cada vez menores, y habrá que tenerle en cuenta.
Para De Colo, la canasta en los segundos finales ante Grecia le puede suponer un problema si Francia cae esta noche. El ex base del Cholet sacó su caracter ganador para anotar el tiro que ninguno de los restantes 9 jugadores en pista querían anotar, el tiro que les hacía emparejarse con la campeona del mundo. Para un killer como el jovencísimo jugador francés, la tentación de meterla pudo con lo que le decía la cabeza, y demostró que no le temblará la mano si se presenta la ocasión.
Por último, Koffi es un pivot atlético, un excelente taponador, que complementa un juego interior de garantías, junto al veterano Traore, hombre de confianza de Collet en el Asvel Lyon, flamante campeón de liga. Un jugador muy físico, que lo bordó ante Rusia y que ha jugado más minutos de los previstos.
Dos bases blancos, Antoine Diot y Aymeric Jeanneau se reparten los minutos con Parker en la dirección del equipo. Diot es un base de gran proyección, que ha jugado la Euroliga con Le Mans, y que en las selecciones inferiores francesas demostró ser un jugador excepcional. Jeanneau ha ganado la liga con Asvel, y completa la rotación de bases, junto a ese portento físico que es el combo guard de Gravellines, Yannick Bokolo. Un jugador de origen congoleño, con unas condiciones fisicas increíbles.
Otro jugador que pertenece a la disciplina de los Spurs, Ian Mahinmi, completa la plantilla gala. Los problemas físicos no le han dejado jugar más que 4 minutos en el torneo cuando era uno de los jugadores llamados a tener muchos minutos en el juego interior francés.
En definitiva, Francia es un excelente equipo, mejor cuánto más puede correr. Las condiciones físicas de una plantilla compuesta por el 75% de jugadores de color hace que los franceses jueguen muy duro en defensa, arriesgando en exceso a la hora de robar un balón a sabiendas de que los dos jugadores que estén atrás pueden taponar cualquier penetración.
Si Francia no puede correr, Parker es la solución en ataque. De su acierto, y de la motivación el siempre frío Boris Diaw, dependerá la suerte de un equipo que está entre los mejores en defensa, pero que sufre para anotar desde el perímetro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario