La selección española de baloncesto, el equipo nacional como diría el gran Antonio Díaz Miguel, consiguió hacer valer su apabullante superioridad en el torneo continental, rompiendo una racha de seis derrotas en seis finales europeas.
La exhibición de los chicos de Scariolo en la segunda semana de competición me ha recordado a una etapa de la Vuelta a España, ganada por el francés Jalabert. El corredor de la ONCE arrancó con tal superioridad a falta de dos kilómetros, que dejó atrás a todos sus rivales, sin que nadie le pudiera seguir. Delante de él sólo estaba el escapado de turno, con la lengua fuera y más de 150 kilómetros en solitario en sus piernas. Jalabert, un grande como persona, trató de no cazarle, valorando el esfuerzo de su compañero de profesión, pero acabó pasándole sin querer, ante el hundimiento del escapado. No sé como, pero el francés paró y acabó dejándole ganar la etapa. Lo importante de la victoria es la manera de lograrla. Chapeau ¡
Intuyo que España ha podido hacer algo parecido en este torneo. En laSexta, desde luego, no saben como agradecerles la empanada de la primera fase, esa que pasó de intrascendente a decisiva por mor de 3 partidos horribles, haciendo que muchos espectadores se engancharan al torneo mucho antes de lo previsto.
La exhibición de los chicos de Scariolo en la segunda semana de competición me ha recordado a una etapa de la Vuelta a España, ganada por el francés Jalabert. El corredor de la ONCE arrancó con tal superioridad a falta de dos kilómetros, que dejó atrás a todos sus rivales, sin que nadie le pudiera seguir. Delante de él sólo estaba el escapado de turno, con la lengua fuera y más de 150 kilómetros en solitario en sus piernas. Jalabert, un grande como persona, trató de no cazarle, valorando el esfuerzo de su compañero de profesión, pero acabó pasándole sin querer, ante el hundimiento del escapado. No sé como, pero el francés paró y acabó dejándole ganar la etapa. Lo importante de la victoria es la manera de lograrla. Chapeau ¡
Intuyo que España ha podido hacer algo parecido en este torneo. En laSexta, desde luego, no saben como agradecerles la empanada de la primera fase, esa que pasó de intrascendente a decisiva por mor de 3 partidos horribles, haciendo que muchos espectadores se engancharan al torneo mucho antes de lo previsto.
La derrota ante Turquía, tan polémica como justa, y el sainete posterior sirvió para llenar de interés un campeonato que, en circunstancias normales, no habría tenido historia. No me creo que los jugadores se convirtieran en unos ninjas en defensa y en unas máquinas de anotar en menos de 48 horas, el periodo que transcurrió entre el partido ante Turquía y el de Lituania. No me creo que Scariolo, minucioso como pocos a la hora de preparar los partidos, no supiera que jugar con Pau en el poste bajo es la base de nuestro juego. No. Seguro que puso a Marc a su lado para que le estorbara, para que Pau recordará como jugaba en sus inicios como alero, alejado a 6 metros del aro.
Scariolo sabía que Ricky abusaría de sus rivales con minutos, por eso acabó con su confianza en los primeros partidos. Era abusar tener a tres bases de primer nivel, más un cuarto pidiendo minutos a gritos, asi que volvió locos a Raúl y Cabezas con sus rotaciones. Vió que Claver era la pieza que nos faltaba como alero alto, asi que decidió no sacarle ni por orden judicial, ante la carencia de treses de garantías en todos nuestros rivales y, por último, como vió que ganábamos a Turquía a pesar de todo, decidió hacer que Pau, Navarro, Rudy y Felipe, nuestros 4 mejores jugadores, salieran a pista para hacerle un aclarado a Llull, en una jugada que debía acabar en mate ante tres turcos más grandes que Santa Sofía. Si se ganaba, se perdería la emoción.
Asi que el plan nos llevó a una situación en la que ya no cabía ningún error. Ese día en el que incluso Indurain acababa doblando a Chiapucci o Bugno, casi sin querer, porque tocaba ganar el Giro o el Tour. Ese día donde el padre permite a su hijo defenderse en el colegio porque ha llegado a casa con el ojo negro por tercer día seguido. El día donde Scariolo dejó a España jugar como sabía. Ya no había que darle emoción. Cada partido podía ser el último.
Ese día llegó, y fue contra Lituania, la que nos había metido 20 para el cuerpo una semana y media antes, en el último amistoso de preparación. Sin pasarnos, sin delatarnos, España ganó casi sin querer a un equipo muerto en cuerpo y alma.
Polonia fue la siguiente en caer. Los anfitriones. Desde el 76 sin ganarnos. A medio gas les metimos 20. En cuartos nos tocaba la invicta Francia de Tony "Longorio" Parker, el mejor en la NBA, pero un fracaso verano tras verano con la camiseta "bleu". Un sparring con aguante, el nuevo matón que llega a la ciudad pidiendo paso porque quiere hacerse el amo. Alguien a quién darle una lección. Ese día se nos vió el plumero. Ese día la cara nos delató. Ese día, cuatro franceses quisieron irse en el descanso, y tres jugaban en la NBA...
Los griegos eran los siguientes. Pobrecillos. Sabían lo que les esperaba y se guardaron para el partido por el bronce. Después de expoliarnos durante años, entre finales de los 80 y mediados de los 90, les hemos cogido la medida y ya no saben qué hacer para podernos ganar. Lo que le hicimos a Spanoulis, no tiene nombre. De Cabezas, mejor no hablar. A Charly le debe costar mucho fingir cuando está que se sale. Scariolo, que le conoce, lo sabía. Por eso no le sacaba. Hubiera tirado abajo todo el plan.
Nos plantamos en la final jugando el mejor basket de la década. El disfraz de cordero ya no colaba. Serbios y eslovenos habían ido con todo en la segunda semifinal en busca de la plata. El oro estaba ya adjudicado. Los eslovenos perdieron pero se quedaron contentos. Ellos no se iban a llevar el repaso en la final.
La Serbia de Ivkovic era el rival. Estaba escrito. Los yugoslavos fueron quienes nos ganaron en Barcelona´73, tanto en el partido inaugural como en la final. Ivkovic jugaba su cuarta final. Llevaba tres oros y aún no había perdido ante España. Es más, sus selecciones nos habían pasado por encima en Zagreb 89 y Roma 91. Alguna ayudita arbitral hubo. Petrovic, Kukoc, Divac y compañía hicieron el resto.
Serbia había sido de gran utilidad en la primera jornada. Salieron con todo y nos hicieron parecer tan malos como queríamos aparentar. Ahora, sin necesidad de ocultar todo el potencial, los serbios sabían que les iban a llover los puntos. Así fue: España dió una exhibición de juego de las que se quedan en la retina durante años. Sólo recuerdo algo parecido en la final de 1989, en la que Yugoslavia salío 18-3 contra Grecia y el partido fue una exhibición de los plavi.
El oro, como estaba cantado, viaja a España, dos años más tarde de lo que debería. Enhorabuena al equipo, al cuerpo técnico y a la federación. El campeonato ha estado a la altura de la mejor superproducción de Hollywood. A Scariolo, gracias por su colaboración en este gran show. Sin su ayuda, este campeonato hubiera sido un paseo militar, como los Tours de Indurain. Tengo que reconocer que , por momentos, yo me creí que Scariolo había perdido el norte y que la mitad de los jugadores no deberían volver a la selección jamás. Pau se ha llevado el MVP del Torneo, pero visto lo visto, el campeonato de España se merece el Oscar a la "Mejor Película Extranjera".
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