Quedan 4 días para que se inicie el Eurobasket, así que es el momento ideal para realizar el análisis en profundidad de cada uno de los 4 grupos. Empiezo con el grupo A, en el que estarán encuadrados Grecia, Croacia, Macedonia e Israel.
Grecia parte como favorita para liderar este grupo, a pesar de las ausencias de Papaloukas y Diamantidis. El equipo que volverá a entrenar Jonas Kazlauskas tendrá en Vassilis Spanoulis a su líder indiscutible de un equipo que recupera a "Baby Shaq" Schortsianitis, y que cuenta con varios jugadores asentados en la élite europea, como Fotsis, Bouroussis y Zisis. El necesario relevo generacional lo encabezan el pivot de los Jazz, Kostas Koufos, el alero de Panathinaikos, Perperoglou, el nuevo jugador de Unicaja, Georgios Printezis y el jugador de Maroussi, cedido por Panathinaikos, Nick Calathes. Hasta el último momento, también fue de la partido el alero del Aris, Kostas Papanikolau, del que ya he hablado en este blog y que, después de proclamarse subcampeón del Mundo Sub19, y campeón de Europa sub20, hubiera pasado a la historia del basket europeo si hubieraa ganado su tercera medalla del verano, pero al final, no fue de la partida.
Croacia debe ser el principal rival heleno de cara a ocupar el primer puesto del grupo. Zoran Planinic, Roko-Leni Ukic y Nikola Vujcic serán los líderes de un equipo que echará en falta al madridista Marko Tomas y que tendrá en otro Marko, Popovic, a su ángel o demonio, dada su histórica irregularidad y su enorme talento. Davor Kus, ante la baja de Tomas, deberá aumentar sus prestaciones tanto en ataque, como en defensa, el verdadero punto débil de esta selección. Con la nueva generación de talento croata, liderada por Toni Prostran y Mario Delas, tocando la puerta de la selección absoluta, ésta puede ser la última oportunidad de de lograr el campeonato para muchos de los jugadores croatas.
Macedonia partirá como una de las incognitas del campeonato. La joven república adriática cuenta con un juego interior de primer nivel (Pero Antic, Todor Gecevski y Jeremiah Massey), dos bases de garantías (Vrbica Stefanov y Vlado Ilievski), pero demasiadas carencias en las posiciones de escolta (donde suele jugar Ilievski), y alero. Un equipo sin tradición, pero que ha conseguido jugar a gran nivel en los torneos previos de preparación. Si consiguen jugar como equipo, sobre todo en defensa, y Massey se muestra tan acertado como en los partidos previos, los macedonios pueden dar un disgusto a cualquiera de sus rivales de grupo. Curiosamente, abrirá el campeonato enfrentándose a Grecia, en un partido con mucho morbo debido a su rivalidad territorial y política.
Por último, Israel se presenta en el torneo con un equipo con pocos nombres y muchos jugadores de equipo. Yotam Halperim es su líder y único referente, dado el mal rollo entre Zvi Sherf y Lior Eliyahu. Jugadores como Kozikaro, Amit Tamir , Pnini o Mizrahi son buenos complementos, siempre que haya una columna vertebral fuerte. No es el caso, ya que aparte de Halperim, el joven Mekel, base recién fichado por Maccabi Tel Aviv debe ser el que marque las diferencias. Demasiado pronto para un jugador con un futuro muy prometedor, pero aún por pulir.
Grecia parte como favorita para liderar este grupo, a pesar de las ausencias de Papaloukas y Diamantidis. El equipo que volverá a entrenar Jonas Kazlauskas tendrá en Vassilis Spanoulis a su líder indiscutible de un equipo que recupera a "Baby Shaq" Schortsianitis, y que cuenta con varios jugadores asentados en la élite europea, como Fotsis, Bouroussis y Zisis. El necesario relevo generacional lo encabezan el pivot de los Jazz, Kostas Koufos, el alero de Panathinaikos, Perperoglou, el nuevo jugador de Unicaja, Georgios Printezis y el jugador de Maroussi, cedido por Panathinaikos, Nick Calathes. Hasta el último momento, también fue de la partido el alero del Aris, Kostas Papanikolau, del que ya he hablado en este blog y que, después de proclamarse subcampeón del Mundo Sub19, y campeón de Europa sub20, hubiera pasado a la historia del basket europeo si hubieraa ganado su tercera medalla del verano, pero al final, no fue de la partida.
Croacia debe ser el principal rival heleno de cara a ocupar el primer puesto del grupo. Zoran Planinic, Roko-Leni Ukic y Nikola Vujcic serán los líderes de un equipo que echará en falta al madridista Marko Tomas y que tendrá en otro Marko, Popovic, a su ángel o demonio, dada su histórica irregularidad y su enorme talento. Davor Kus, ante la baja de Tomas, deberá aumentar sus prestaciones tanto en ataque, como en defensa, el verdadero punto débil de esta selección. Con la nueva generación de talento croata, liderada por Toni Prostran y Mario Delas, tocando la puerta de la selección absoluta, ésta puede ser la última oportunidad de de lograr el campeonato para muchos de los jugadores croatas.
Macedonia partirá como una de las incognitas del campeonato. La joven república adriática cuenta con un juego interior de primer nivel (Pero Antic, Todor Gecevski y Jeremiah Massey), dos bases de garantías (Vrbica Stefanov y Vlado Ilievski), pero demasiadas carencias en las posiciones de escolta (donde suele jugar Ilievski), y alero. Un equipo sin tradición, pero que ha conseguido jugar a gran nivel en los torneos previos de preparación. Si consiguen jugar como equipo, sobre todo en defensa, y Massey se muestra tan acertado como en los partidos previos, los macedonios pueden dar un disgusto a cualquiera de sus rivales de grupo. Curiosamente, abrirá el campeonato enfrentándose a Grecia, en un partido con mucho morbo debido a su rivalidad territorial y política.
Por último, Israel se presenta en el torneo con un equipo con pocos nombres y muchos jugadores de equipo. Yotam Halperim es su líder y único referente, dado el mal rollo entre Zvi Sherf y Lior Eliyahu. Jugadores como Kozikaro, Amit Tamir , Pnini o Mizrahi son buenos complementos, siempre que haya una columna vertebral fuerte. No es el caso, ya que aparte de Halperim, el joven Mekel, base recién fichado por Maccabi Tel Aviv debe ser el que marque las diferencias. Demasiado pronto para un jugador con un futuro muy prometedor, pero aún por pulir.
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